De un momento a otro nos van a acosar con el anuncio del “descubrimiento” del bosón de Higgs (alias “La Partícula de Dios”) en el LHC (alias “La Máquina de Dios”). Alabado sea el Altísimo. Adelantándome a la sarta de gansadas que se dirán entonces, vayan las correspondientes aclaraciones.
¿Por qué el Bosón de Higgs es “La Partícula de Dios”?
Porque un par de divulgadores se deliraron. El Higgs es tan profano (o tan sagrado) como cualquier otra de las partículas del modelo standard: quarks, electrones, muones, neutrinos, fotones...)
¿El Bosón de Higgs explica el Big Bang?
No, para nada. El Big Bang es una propuesta muy anterior al mecanismo de Higgs. Lo que es cierto es que si hay Higgs, en algún momento del Universo muy temprano (cuando tenía mucho menos de un segundo) debieron pasar cosas interesantes vinculadas a él. Pero no es el Universo temprano sino el actual lo que preocupa a los investigadores que operan el LHC, aunque muchos despachen a los periodistas con el “cuento” del Big Bang.
Pero... ¿No era que el Higgs es lo que le da masa a las partículas? ¿No significa eso que gracias al Higgs existe la materia? ¿No justifica eso solo atribuirle una divinidad?
Epa, epa, epa. Vamos despacio. Lo primero que uno debe preduntarse acá es: ¿Qué es la masa? La respuesta escolar es “La masa es la cantidad de materia”. Muy bien 10 felicitado, pero no. Por empezar, la masa es un invento humano: a cada objeto le asignamos un numerito al que llamamos “la masa del objeto”. Por seguir, el concepto de masa depende de la teoría: no es la misma masa la de la química, la de la física clásica, la de la relatividad o la de la teoría cuántica de campos. Hay una correspondencia, no es un capricho llamarles igial, pero desde la “cantidad de materia” hasta el rol del Higgs la masa cambia hasta el punto de volverse irreconocible. A modo de ejemplo: si queremos que la masa sea una medida de la “cantidad de materia”, lo menos que podemos pedirle es que sea aditiva: juntar dos kilos de pan con tres kilos de pan debería resultar en cinco kilos de pan. Eso no es cierto en relatividad: puede hacerse un objeto masivo a partir de objetos de masa cero, sin el Higgs ni nada parecido. De hecho, casi toda la masa que percibimos (en el pan, por ejemplo) tiene ese origen: los quarks son livianos pero están encerrados adentro de los protones y neutrones que forman, y como resultado estos son mucho más masivos.
Entonces... ¿Para qué sirve el Higgs? ¿No era la explicación de las masas de las partículas?
Parecido, pero no exactamente. En realidad, darle masa a una partícula es muy facil sin necesidad de Higgs. El Higgs es una partícula con la que ciertas partículas que no deberían tener masa interactúan de modo que parezca que la tienen. Es una cuestión puramente técnica: la teoría requiere cierta simetría, y esa simetría implica que las ciertas partículas ya mencionadas no pueden tener masa. Pero experimentalmente parecen tenerla, por lo que por un tiempo se supuso que esa simetría era imposible. Solución: una interacción con el Higgs que “simula” la masa observada experimentalmente.
Pero... ¿Es o no es importante el Higgs?
El Higgs es la única pieza del Modelo Estándar que aún no fue observada directamente. No es más importante que las otras, pero las demás ya están medidas y tabuladas. Personalmente tengo pocas dudas de que el Higgs va a ser observado; en cierto modo eso ya ocurrió indirectamente por sus efectos en la propagación del top quark. Casi nadie espera que no aparezca. De hecho, si el LHC viese el Higgs y nada más sería un fracaso rotundo. Lo que se espera en realidad (y por buenas razones) es ver los primeros fallos de la teoría actual, y con ellos los primeros aciertos de algunas de las decenas de competidoras. Honores, Premios Nobel y otros alicientes de egos están en juego. Si eso es importante o no, como siempre, depende del marco de referencia en que se lo analice. No va a terminar con el hambre en el mundo ni nos va a permitir viajar a las estrellas. Tampoco la Novena Sinfonía de Beethoven lo hizo. Va a ser un logro intelectual y cultural de la sociedad en que vivimos, no exento de las contradicciones de esa sociedad. Así que, por favor, no jodan más con el bolazo de la Máquina de Dios ni demás liturgias.
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