Hoy es 12 de Octubre y estoy en Trujillo, cuna del "gran" Francisco Pizarro. Pondría una wipala en mi balcón, pero como tantas otras cosas, en Europa no se consigue. Y además sería inutil: por acá nadie sabe lo que es y capaz alguno hasta se piensa que es propaganda de Benetton.
Ciertamente esperaba encontrar más gente dispuesta a conceder que lo que llaman "la Conquista" fue una acción cuanto menos cuestionable. Los hay en Madrid (poquísimos), pero en Trujillo ni uno. Más aún, alguien me dijo que somos "unos lloricas", si a ellos los invadieron los cartagineses, los romanos y los moros y acá están. Pizarro es, pues, el prócer indiscutido de la ciudad (los lugareños le llaman "ciudad" a Trujillo pese a sus escasos cinco mil habitantes).
Once meses exactamente llevo conviviendo con la estatua ecuestre de ese energúmeno. En pleno vuelo sobre el Atlántico me encontraron los titulares del "Por qué no te callas", el 12 de Noviembre del 2007. Ya nadie se acuerda, fue en otra era geológica. Una en que la futura presidenta de Estados Unidos iba a ser una tal Hillary Clinton y los fundamentos de la economía estaban sólidos según todos los gurúes salvo Greenspan. En aquella era geológica yo venía de la zona de los piojosos colonizados que andaban de crisis en crisis, de los amigos de ese retrógrado de Chavez que hablaba de estatización y de socialismo, qué desubicado. Y vaya si lo sería que había acusado a Aznar de imperialista. Chavez, a decir de los medios, pero también de la gente en la calle, era un dictador chiflado y un insolente. En cambio Su Majestad era un rey que en su dignidad también demostraba humanidad, y si se enfadaba se enfadaba, qué le vamos a hacer. Al celular, aparte de chicas que se desnudan y los ringtones que más molan, uno podía bajar la que llamaban "la frase del año", promocionada con una gran bandera española de fondo.
Hubo una columna en el diario El País por aquellos días titulada "El Rey Integrador", en que un señor (un jurista de nombre Miguel Herrero de Miñón) explicaba el rol constitucional del Rey de España y justificaba el increíble exabrupto de su monarca aduciendo nada menos que no hizo más que cumplir con ese rol. No cito aquel documento por sorprendente o excepcional: despues de todo no oí a un solo español criticar a Juanca a raíz del incidente y sí infinidad de defensas, justificaciones y hasta alabanzas. Lo traigo a colación porque permite entrever el pensamiento que subyace, el mecanismo mental detrás de esas conductas que juzgaba inexplicables. Cito:
"Pero (...) lo que caracteriza políticamente la función regia en cualquiera de las monarquías hoy existentes es su capacidad de integración. Función integradora de la Monarquía que se extiende en el tiempo, al ser símbolo de continuidad del Estado y en el espacio, a través de la pluralidad española e incluso hispánica." (las negritas son mías).
¿Cuál es la "pluralidad hispánica" de la que habla ese señor? ¿Puede ser que esté diciendo que Juanca reina simbólicamente, aunque sea mínimamente, sobre Caracas y Buenos Aires? ¿Me está llamando "súbdito" por hablar castellano? Debo decir que lo que percibí en las defensas y justificaciones de "la Conquista" por parte de mis interlocutores trujillanos era justamente que sentían de algún modo cuestionada su mismísima identidad nacional. Algo hay implantado en sus mentes, algo similar a lo que llevamos nosotros adentro con las Malvinas. Algo que de tan encajado, de tan dicho desde la más tierna infancia, está naturalizado y no admite discusión. Creo que entendí al conocer un detalle: acá el 12 de Octubre se llama "Día de la Hispanidad".
sábado, 11 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
La hora de la verdad
Lise Meitner llegó, con la expresión tan negra como su vestido, a la oficina de su colega y amigo Neils Bohr, apretando un cuaderno contra su pecho. En Noviembre de 1938 Copenhagen era un oasis intelectual en una Europa enrarecida. Era Bohr el que acostumbraba viajar a Estocolmo para colaborar con esa mujer apocada y brillante, así que su visita y urgencia lo tomaron un poco por sorpresa.
-Pase Lise, tome asiento, tome aire. Dios mío, su cara me preocupa.
Bohr, tras ayudarle con la silla, se acomodó en la propia con los codos sobre el escritorio y los dedos entrelazados.
-Otto está por publicar nuestros últimos resultados- dijo Meitner alcanzándole el cuaderno abierto y unas cartas. -Son un tanto... Impactantes.
Bohr los repasó con atención, hizo algunas preguntas, y finalmente sentenció:
-O sea que bombardearon uranio 235 con neutrones de baja energía y algunos núcleos fisionaron ¡Pero Lise, esto es formidable! ¡Felicidades! ¿Por qué no está usted brindando con champagne?
-Ya brindé... Antes de darme cuenta. Usted mismo me hizo notar la cantidad de energía que se libera en ese proceso. Otto es químico, no creo que lo haya notado, pero la fisión libera neutrones.
-Claro.
-¿Y si alguien fuera capaz de frenar un poco esos neutrones y usarlos para fisionar más átomos?
Bohr empalideció.
Lise nació en el Imperio Austrohúngaro, en el seno de una floreciente familia judía. A golpe de catástrofes políticas su Viena natal había cambiado dos veces de manos: del Imperio a la República Austríaca, y hacía unos meses, de ésta al Tercer Reich. Ella, como tantos otros vieneses, se sentía alemana. Y su nacionalidad, últimamente, no podía menos que dolerle. Un extraño milagro convertía a Alemania y Austria en los centros indiscutibles de la física en su época más brillante, al mismo tiempo que la Germania se desmoronaba. Ella misma, junto con Otto Hahn, publicaban el descubrimiento del neutrón mientras sus patrias perdían la Gran Guerra. En plena hiperinflación los claustros alemanes parían la mecánica cuántica poniendo en jaque un paradigma de siglos. Parecía como si el torbellino político exterior, con su promesa de revolución, de cambio irreversible, se replicara en las mentes y los trabajos de los físicos. Lise se acostumbró a la emoción de pensar que en cualquiera de las oficinas que la rodeaban podía estarse preparando el próximo terremoto. Nunca en la historia de la física había habido, ni volvió a haber, tiempo y lugar tan fecundos.
El ascenso de Hitler, hacía cinco años, la había encontrado al frente del Instituto de Química de Berlín. Protegida por su ciudadanía y su brillante carrera no corrió la suerte de muchos de sus colegas y de sus parientes, que tuvieron que renunciar o perdieron sus comercios y sus propiedades. Lise, para su vergüenza poco después, eligió refugiarse en su pasión. La carrera contra Ruthenfort, Curie y Fermi por sintetizar nuevos elementos seguía tan despiadada como siempre. Ni siquiera la abandonó después de tener que huír con sus papeles a Estocolmo al endurecerse el régimen: colaboraba clandestinamente con Otto Hahn, que seguía en Berlín. Con porfía logró incluso más de lo que se había propuesto. Horriblemente más. Y, finalmente, despertó a la pesadilla de su verdad.
Todavía en estado de shock, Bohr notó:
-Se puede, es casi facil. Con agua deuterada. Unos cuantos lo van a ver en Berlín ni bien se publique. Claro que no es lo mismo pensarlo que hacerlo. Separar suficiente agua deuterada puede llevar años, y se necesitaría un pequeño ejército de físicos y matemáticos para poner la idea en práctica. Deberíamos ir contactando a todos los que trabajan en radiactividad, en especial sus rivales, Lise. Por fortuna Hitler espantó a los mejores cuadros.
-Tienen a Heissenberg- notó Lise sombría.
Bohr se rascó la frente despacio. Werner Heissenberg había sido su discípulo más brillante. No era nazi pero era allegado a Himmler y se mostraba cerca del poder. La preocupación de Lise era legítima.
-Voy a hablar con Werner en la primer chance que tenga. Es un muchacho impetuoso, pero es demasiado inteligente para hacer locuras. Confío en poder persuadirlo.
-Yo no estoy tan segura. Se lo ve... Entusiasmado.
Bohr se sacó los lentes y los giró lentamente. Se llevó una patilla a la boca y miró por la ventana. Las nubes parecían más grises.
-Como sea, creo que lo prudente es alertar a los ingleses y los americanos. En Estados Unidos lo tenemos a Albert, más popular que Vivien Leigh- Bohr se permitió una sonrisa tibia. Él y Einstein eran amigos y rivales de años. -Si él les habla a los políticos lo van a escuchar.
Lise, con el peso aún vivo de haber traicionado a su gente con su siencio, sentía el vértigo de estar traicionando a su patria con sus palabras.
-¿De veras le parece prudente? ¿Y si desarrollan el arma y la usan contra nosotros?
Bohr suspiró pesadamente. Apoyó un codo en el escritorio y se masajeó el ceño entre su pulgar y su índice. Después de una eternidad se acomodó contra el respaldo, volvió a suspirar y dijo casi sin voz:
-Creo que todos nos hemos divertido en grande los últimos treinta años. La pasamos bomba mientras el mundo se caía a pedazos. Un placer... Pecaminoso casi. ¿No le parece?
Lise lo escuchaba quieta y encogida. Bohr continuó:
-Me temo que nos acaban de mandar la factura.
-Pase Lise, tome asiento, tome aire. Dios mío, su cara me preocupa.
Bohr, tras ayudarle con la silla, se acomodó en la propia con los codos sobre el escritorio y los dedos entrelazados.
-Otto está por publicar nuestros últimos resultados- dijo Meitner alcanzándole el cuaderno abierto y unas cartas. -Son un tanto... Impactantes.
Bohr los repasó con atención, hizo algunas preguntas, y finalmente sentenció:
-O sea que bombardearon uranio 235 con neutrones de baja energía y algunos núcleos fisionaron ¡Pero Lise, esto es formidable! ¡Felicidades! ¿Por qué no está usted brindando con champagne?
-Ya brindé... Antes de darme cuenta. Usted mismo me hizo notar la cantidad de energía que se libera en ese proceso. Otto es químico, no creo que lo haya notado, pero la fisión libera neutrones.
-Claro.
-¿Y si alguien fuera capaz de frenar un poco esos neutrones y usarlos para fisionar más átomos?
Bohr empalideció.
Lise nació en el Imperio Austrohúngaro, en el seno de una floreciente familia judía. A golpe de catástrofes políticas su Viena natal había cambiado dos veces de manos: del Imperio a la República Austríaca, y hacía unos meses, de ésta al Tercer Reich. Ella, como tantos otros vieneses, se sentía alemana. Y su nacionalidad, últimamente, no podía menos que dolerle. Un extraño milagro convertía a Alemania y Austria en los centros indiscutibles de la física en su época más brillante, al mismo tiempo que la Germania se desmoronaba. Ella misma, junto con Otto Hahn, publicaban el descubrimiento del neutrón mientras sus patrias perdían la Gran Guerra. En plena hiperinflación los claustros alemanes parían la mecánica cuántica poniendo en jaque un paradigma de siglos. Parecía como si el torbellino político exterior, con su promesa de revolución, de cambio irreversible, se replicara en las mentes y los trabajos de los físicos. Lise se acostumbró a la emoción de pensar que en cualquiera de las oficinas que la rodeaban podía estarse preparando el próximo terremoto. Nunca en la historia de la física había habido, ni volvió a haber, tiempo y lugar tan fecundos.
El ascenso de Hitler, hacía cinco años, la había encontrado al frente del Instituto de Química de Berlín. Protegida por su ciudadanía y su brillante carrera no corrió la suerte de muchos de sus colegas y de sus parientes, que tuvieron que renunciar o perdieron sus comercios y sus propiedades. Lise, para su vergüenza poco después, eligió refugiarse en su pasión. La carrera contra Ruthenfort, Curie y Fermi por sintetizar nuevos elementos seguía tan despiadada como siempre. Ni siquiera la abandonó después de tener que huír con sus papeles a Estocolmo al endurecerse el régimen: colaboraba clandestinamente con Otto Hahn, que seguía en Berlín. Con porfía logró incluso más de lo que se había propuesto. Horriblemente más. Y, finalmente, despertó a la pesadilla de su verdad.
Todavía en estado de shock, Bohr notó:
-Se puede, es casi facil. Con agua deuterada. Unos cuantos lo van a ver en Berlín ni bien se publique. Claro que no es lo mismo pensarlo que hacerlo. Separar suficiente agua deuterada puede llevar años, y se necesitaría un pequeño ejército de físicos y matemáticos para poner la idea en práctica. Deberíamos ir contactando a todos los que trabajan en radiactividad, en especial sus rivales, Lise. Por fortuna Hitler espantó a los mejores cuadros.
-Tienen a Heissenberg- notó Lise sombría.
Bohr se rascó la frente despacio. Werner Heissenberg había sido su discípulo más brillante. No era nazi pero era allegado a Himmler y se mostraba cerca del poder. La preocupación de Lise era legítima.
-Voy a hablar con Werner en la primer chance que tenga. Es un muchacho impetuoso, pero es demasiado inteligente para hacer locuras. Confío en poder persuadirlo.
-Yo no estoy tan segura. Se lo ve... Entusiasmado.
Bohr se sacó los lentes y los giró lentamente. Se llevó una patilla a la boca y miró por la ventana. Las nubes parecían más grises.
-Como sea, creo que lo prudente es alertar a los ingleses y los americanos. En Estados Unidos lo tenemos a Albert, más popular que Vivien Leigh- Bohr se permitió una sonrisa tibia. Él y Einstein eran amigos y rivales de años. -Si él les habla a los políticos lo van a escuchar.
Lise, con el peso aún vivo de haber traicionado a su gente con su siencio, sentía el vértigo de estar traicionando a su patria con sus palabras.
-¿De veras le parece prudente? ¿Y si desarrollan el arma y la usan contra nosotros?
Bohr suspiró pesadamente. Apoyó un codo en el escritorio y se masajeó el ceño entre su pulgar y su índice. Después de una eternidad se acomodó contra el respaldo, volvió a suspirar y dijo casi sin voz:
-Creo que todos nos hemos divertido en grande los últimos treinta años. La pasamos bomba mientras el mundo se caía a pedazos. Un placer... Pecaminoso casi. ¿No le parece?
Lise lo escuchaba quieta y encogida. Bohr continuó:
-Me temo que nos acaban de mandar la factura.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Chinos en el espacio
Cuando me enteré, en el 2003, del lanzamiento de la primer misión tripulada china al espacio, sentí que la noticia estaba fuera de época. Definitivamente no me la esperaba. Después de todo hacía más de cuarenta años que Gagarin lo había hecho por primera vez, en medio de una guerra implacable de acopio de armamentos insensatamente poderosos y de propaganda. Al fin y al cabo la llegada del hombre a la Luna era historia antigua cuando yo era chico. En definitiva el fin de la Guerra Fría le había puesto, aparentemente, una lápida a eso que en mi infancia llamaban “la Conquista del Espacio”. Me pareció una especie de fanfarronada, de exabrupto propagandístico de una burocracia tratando de demostrarse y demostrarnos que son una “superpotencia”. Me acuerdo que con mi hermano hacíamos bromas sobre cómo habrían rasqueteado del cohete el CCCP para pintarle la banderita china. Pero ayer mismo, mientras el mundo asiste al megahundimiento del sistema financiero estadounidense, los chinos largaron otro. Esta vez, con tres astronautas. Y con el plan de hacer una caminata espacial. Me obligaron a tomármelos en serio.
Aunque parezca raro, pese al casi medio siglo que nos separa de la carrera entre soviéticos y estadounidenses por hacer calavereadas en órbita, China es recién el tercer país que lo intenta (y logra). Con la NASA aparentemente incapaz de mantener sus lanzaderas seguras y los rusos resignados a venderle sus conocimientos a terceros, el programa espacial chino es hoy por hoy el único en cartel. Porque, en efecto, hay un programa espacial chino, y es ambicioso. Recién entré al diario digital chino “Pueblo en Línea” y, como era de esperar, el tema está en primera plana. Los chinos, todavía no repuestos de sus juegos olímpicos, están exaltadísimos. Así (entrando al sitio web) supe que el programa de viajes tripulados al espacio empezó en el '92, exactamente mientras todos dábamos por fenecida la exploración espacial tripulada por varios siglos. Y también, que el próximo paso es hacer un acoplamiento en el espacio. Y que el año pasado una misión no tripulada orbitó la Luna. O sea, están haciendo todo lo que soviéticos y yanquis hicieron en los '60 para ir a la Luna. ¿Qué se traen entre manos nuestros laboriosos antípodas?
Durante los '70 se firmaron acuerdos respecto de la exploración espacial y los reclamos de soberanía de “territorios” extraterrestres. Según estos acuerdos la Luna y los planetas son “territorio internacional” y no pueden reclamarse por parte de ningún país. Tampoco pueden instalarse bases de armamento ni explotar unilateralmente los recursos naturales de estos lugares. El espacio exterior, por otra parte, es considerado por estos tratados según el mismo status que los mares internacionales. Todo bárbaro, pero hay un problemita: los únicos signatarios de estos acuerdos son EEUU y Rusia. Seguramente por entonces no se imaginaban que haría falta invitar a nadie más a la fiesta. Hoy por hoy no hay nadie en condiciones de forzar a China a bajarse de la moto. Más aún, parece más bien al reves; China tiene la sartén por el mango en materia geopolítica.
Una investigación online me reveló rápidamente que en efecto hay un programa chino de exploración lunar. Tienen previsto alunizar (sin tripulantes) para el 2013, pero eso es sólo el comienzo. Piensan instalar bases permanentes, observatorios astronómicos y otros laboratorios científicos. Uno de sus objetivos declarados es la explotación del Helio 3, un isótopo vital para sus proyectadas plantas de fusión nuclear. Tienen otro programa de exploración marciana del que se sabe bastante menos. Y sólo Dios y el presidente del Partido “Comunista” Chino sabe qué otros planes tienen para conquistar el Sistema Solar, empezando, claro, por el Planeta Tierra.
Cuando los chinos hablan de la historia de su programa espacial empierzan por la antigüedad, por la pólvora y la literatura imperial. Nada como una mística poderosa para lograr grandes objetivos. Por lo pronto habrá que darles crédito, no vienen nada mal. No por nada “China” en chino significa, literalmente, “La Nación Central”. Los pibes se sienten predestinados.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Deficiencias de la comunicación; un caso real
Atardece en la aldea humildísima. Doña Concepción sale de su casilla de chapa y cartón, munida de escoba, a quitar la tierra de la brevísima vereda. Doña Juana, su vecina, está colgando la ropa que acaba de fregar. Mira a su vecina, a su escoba y otra vez a su vecina. Le llama la atención la especie de tubito de hule blanco que Doña Concepción ha puesto en el extremo del mango.
-¿Qué cosa es ese chisme que le puso a su escoba?
-Esto, ejem, sí, me lo dieron en el camión ese que vino de la capital.
-¿Y pa' qué sirve?
Doña Concepción se acerca algo incómoda a su vecina. -Shhh, que no la oiga el Ramón.
-¿Por?
-Mire, doña Juana, vio que el camión ese que vino de la capital dicen que es pa'yudarnos con nuestros problemas.
-Pse... Eso dicen.
-Bueno, yo me animé y fuí- se acerca confidencial -pa' decir que necesito que no vengan más criaturas. Yo ya no doy más, pero el Ramón siempre quiere y quiere y siguen viniendo, y después hay que darles de comer y cuidarlos. En el camión había una señora muy bonita de punta en blanco, vio cómo se visten en la capital, y le dije que ya le había pedido a la virgencita que no me mande más criaturas, pero igual siguen viniendo.
-¿Y qué le contestó?
-Hizo así con la cabeza- Concepción niega con gesto de reproche imitando a la mujer del camión -y me dijo que claro, que así van a seguir viniendo, que hay formas científicas de hacerlo.
-Ah sí, los de la capital siempre hablan de ciencia.
-Y bueno, me dijo que lo que yo tenía que usar eran 'preservativos', abrió un cajón y sacó un chismecito cuadradito que adentro tenía como una especie de moneda de goma. Me preguntó si los sabía usar y le dije que no, y otra vez hizo que no con la cabeza y me dijo que me iba a mostrar. Y agarró y se trajo una escoba, abrió el chismecito y sacó la moneda, que a la final era el coso este enrollado- señala el tubo de hule de su propia escoba. - Me dijo “usted lo agarra y lo extiende así y así”, lo puso en su escoba, me preguntó si había entendido y cuando le dije que sí me regaló una caja llena de los chismecitos esos. Y me vine.
-Y los usa.
-Y, sí. Le puse uno a la escoba, otro a la palita y otro más al rastrillo.
-Pero doña, ¿Usted le creyó que eso iba a parar a las criaturas?
-No, qué le voy a creer. Pero qué se yo, la señora era tan amable, y me los regaló. Y usarlos no me cuesta nada. Si agarro a la escoba de acá hasta se me resfala menos.
-Ay, doña Concepción, son gente rara los de la capital.
-Sí, rarísima. No es que sean ignorantes, pero son tan supersticiosos.
-¿Qué cosa es ese chisme que le puso a su escoba?
-Esto, ejem, sí, me lo dieron en el camión ese que vino de la capital.
-¿Y pa' qué sirve?
Doña Concepción se acerca algo incómoda a su vecina. -Shhh, que no la oiga el Ramón.
-¿Por?
-Mire, doña Juana, vio que el camión ese que vino de la capital dicen que es pa'yudarnos con nuestros problemas.
-Pse... Eso dicen.
-Bueno, yo me animé y fuí- se acerca confidencial -pa' decir que necesito que no vengan más criaturas. Yo ya no doy más, pero el Ramón siempre quiere y quiere y siguen viniendo, y después hay que darles de comer y cuidarlos. En el camión había una señora muy bonita de punta en blanco, vio cómo se visten en la capital, y le dije que ya le había pedido a la virgencita que no me mande más criaturas, pero igual siguen viniendo.
-¿Y qué le contestó?
-Hizo así con la cabeza- Concepción niega con gesto de reproche imitando a la mujer del camión -y me dijo que claro, que así van a seguir viniendo, que hay formas científicas de hacerlo.
-Ah sí, los de la capital siempre hablan de ciencia.
-Y bueno, me dijo que lo que yo tenía que usar eran 'preservativos', abrió un cajón y sacó un chismecito cuadradito que adentro tenía como una especie de moneda de goma. Me preguntó si los sabía usar y le dije que no, y otra vez hizo que no con la cabeza y me dijo que me iba a mostrar. Y agarró y se trajo una escoba, abrió el chismecito y sacó la moneda, que a la final era el coso este enrollado- señala el tubo de hule de su propia escoba. - Me dijo “usted lo agarra y lo extiende así y así”, lo puso en su escoba, me preguntó si había entendido y cuando le dije que sí me regaló una caja llena de los chismecitos esos. Y me vine.
-Y los usa.
-Y, sí. Le puse uno a la escoba, otro a la palita y otro más al rastrillo.
-Pero doña, ¿Usted le creyó que eso iba a parar a las criaturas?
-No, qué le voy a creer. Pero qué se yo, la señora era tan amable, y me los regaló. Y usarlos no me cuesta nada. Si agarro a la escoba de acá hasta se me resfala menos.
-Ay, doña Concepción, son gente rara los de la capital.
-Sí, rarísima. No es que sean ignorantes, pero son tan supersticiosos.
viernes, 19 de septiembre de 2008
¿Quién dijo que los físicos somos nerds?
El becario de doctorado es el proletario de las ciencias. Algunas décadas atrás, cuando los aceleradores funcionaban con cámaras de niebla, eran becarios heróicos y anónimos los que revisaban las miles de fotos una por una, bajo luz mortecina, extrayendo con regla y compás los datos numéricos para alimentar el software en fortran (escrito por otros becarios) del que los físicos senior extraían sus conclusiones. Cada premio nobel, cada tapa de Science y de Nature, cada anuncio rimbombante en el New York Times sobre agujeros negros o mapas del Big Bang descansa sobre las espaldas de cientos de estudiantes de doctorado encorvados sobre el teclado de una PC o un instrumental de calibración durante días y noches extenuantes. Al igual que en el resto de las actividades humanas, la automatización y el progreso tecnológico no ha disminuido la necesidad de esfuerzo humano, sino más bien la ha complejizado. Y como es de esperarse el LHC, la joya científica de nuestra generación, es lider indiscutido en demanda de horas-becario sin dormir.
Quien haya pasado horas de esfuerzo intelectual hasta altas horas durante varios días sabe que los efectos fisiológicos de estas desmesuras no son los mismos que los de la simple vigilia. Algo circula por las venas, como un narcótico, y pronto empiezan los ataques de risa, los proyectos delirantes, las apuestas insensatas. La vigilia intelectual grupal es un licor que nos emborracha de nosotros mismos, y pronto nos encontramos haciendo las cosas más inverosímiles. En el ámbito científico circula la especie de que durante una noche de shift un grupo de físicos apostó una caja de vinos a quién deslizaba primero la palabra “pingüino” (penguin) en un paper; la apuesta la ganó John Ellis con sus “diagramas pingüino”, representaciones esquemáticas de procesos entre partículas elementales que, con mucha imaginación, se parecen vagamente a un pajarraco.
He aquí, para los lectores de Bituín Noumor, un ejemplo de los efectos de las noches de shift en el LHC. El documento tiene valor divulgativo, tanto respecto de la física que el LHC explora como del aspecto humano de una de las comunidades más mitificadas de nuestros días.
Quien haya pasado horas de esfuerzo intelectual hasta altas horas durante varios días sabe que los efectos fisiológicos de estas desmesuras no son los mismos que los de la simple vigilia. Algo circula por las venas, como un narcótico, y pronto empiezan los ataques de risa, los proyectos delirantes, las apuestas insensatas. La vigilia intelectual grupal es un licor que nos emborracha de nosotros mismos, y pronto nos encontramos haciendo las cosas más inverosímiles. En el ámbito científico circula la especie de que durante una noche de shift un grupo de físicos apostó una caja de vinos a quién deslizaba primero la palabra “pingüino” (penguin) en un paper; la apuesta la ganó John Ellis con sus “diagramas pingüino”, representaciones esquemáticas de procesos entre partículas elementales que, con mucha imaginación, se parecen vagamente a un pajarraco.
He aquí, para los lectores de Bituín Noumor, un ejemplo de los efectos de las noches de shift en el LHC. El documento tiene valor divulgativo, tanto respecto de la física que el LHC explora como del aspecto humano de una de las comunidades más mitificadas de nuestros días.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
La terrible guerra camboyano-paraguaya
Dificil olvidar esos días de infamia que fueron escenario de la terrible guerra camboyano-paraguaya. Incluso para quienes no estuvimos involucrados en forma directa, las imágenes (a la fuerza mucho más estériles, inocuas, que los hechos crudos) de los noticieros quedaron adheridas como una materia inmunda en nuestros recuerdos. Villas arrasadas, poblaciones diezmadas, sombras de hombres y mujeres que en el mejor de los casos gritan y lloran desconsolados, pero tambien otros que simplemente deambulan como espectros, la mirada vaciada de toda humanidad.
No sólo los hombres repudiamos los acontecimientos. En sus Celestiales Moradas, Dioses y Demiurgos lloran de pena y culpa. Evidentemente el Mundo está mal diseñado. Cómo pudo pasar esto, se oye una y otra vez por los Divinos Pasillos. Un consenso empezó a formarse entre las divinidades: lo que ocurre, razonan, es que los paraguayos y los camboyanos son muy diferentes. No podrían ponerse de acuerdo en nada. Y del consenso, surgió un plan: el próximo Mundo tendrá dimensión no solo acotada, sino baja, de modo que la superficie de la Tierra tenga dimensión, digamos, 2. En ese Mundo sería cosa sencilla arreglar que Paraguay y Camboya sean países remotos; incluso cabe plantearse ordenar los países de modo que sólo países afines mantengan fronteras. Porque ¿Qué demente puede concebir una guerra así entre Camboya y Vietnam, o entre Paraguay y Argentina o Bolivia?
No sólo los hombres repudiamos los acontecimientos. En sus Celestiales Moradas, Dioses y Demiurgos lloran de pena y culpa. Evidentemente el Mundo está mal diseñado. Cómo pudo pasar esto, se oye una y otra vez por los Divinos Pasillos. Un consenso empezó a formarse entre las divinidades: lo que ocurre, razonan, es que los paraguayos y los camboyanos son muy diferentes. No podrían ponerse de acuerdo en nada. Y del consenso, surgió un plan: el próximo Mundo tendrá dimensión no solo acotada, sino baja, de modo que la superficie de la Tierra tenga dimensión, digamos, 2. En ese Mundo sería cosa sencilla arreglar que Paraguay y Camboya sean países remotos; incluso cabe plantearse ordenar los países de modo que sólo países afines mantengan fronteras. Porque ¿Qué demente puede concebir una guerra así entre Camboya y Vietnam, o entre Paraguay y Argentina o Bolivia?
sábado, 13 de septiembre de 2008
Conociendo al Comandante
Fragmento de la entrevista de Klauss Strassel a Uguntu Odinga, número dos del ELB, en un punto secreto de la selva nigeriana.
KS -Mucho se ha escrito ya sobre el Juan Carlos Lopez revolucionario, el que en tres años convirtió una célula casi derrotada en el formidable Ejército de Liberación de Biafra que hoy tiene en jaque al gobierno nigeriano. Su testimonio, señor Odinga, nos ha acercado al hombre detrás de la leyenda, pero no nos aclara el misterio central. ¿Cómo termina un comerciante portorriqueño sin convicciones políticas conocidas convertido, de un año para el otro, en un teórico marxista y lider guerrillero en África?
UO -Mira Klauss, el Comandante Lopez es una persona extremadamente inteligente que no había tenido contacto con la doctrina marxista. Su familia es de extracción burguesa y eminentemente reaccionaria, y él, sin conciencia política aún, sólo se opuso al mandato paterno convirtiéndose en un filántropo. Pero durante el año que nos mantuvieron cautivos los paras, ahí donde lo conocí, pudo ver por sí mismo cómo accionan las clases dominantes para mantener oprimidos a los pueblos.
KS -¿Usted me confirma que antes de llegar a Nigeria Lopez no había ni siquiera leído Das Kapital?
UO -En efecto Klauss. Durante nuestro cautiverio, a partir de sus observaciones agudísimas hemos tenido conversaciones en las que yo le hablaba de teoría y él la discutía con argumentos notables. La base de la doctrina que expone en su El marxismo en el siglo XXI, que usted tradujo al alemán, la elaboró mentalmente conversando conmigo durante ese año, siempre atados a algún tronco.
KS -Bueno, señor Odinga, permítame insistir con el punto que intriga a todos. Lopez, treinta y cuatro años, casado sin hijos, dueño de la mayor cadena de perfumerías de Puerto Rico, patrocinador de la Maratón por la Paz, donante del proyecto SETI, sin convicciones políticas de ningún tipo, con el pasaporte invicto pues nunca se había movido de la isla, se divorcia, liquida su negocio y desaparece sin saludar a nadie. A los seis meses sus familiares se enteran de que es un rehen de los paras nigerianos. ¿Qué cataclismo explica semejante transición? Se dará cuenta de que eso alimenta las suspicacias. No ignorará que en la prensa occidental se da crédito a la teoría de que siempre había sido un agente bolivariano encubierto.
UO -Agente bolivariano, no me hagas reír. Sólo un periodista europeo puede manejar semejante categoría con tanta impunidad.
KS -Será descabellado, pero no me dirá usted que se lo llevó la Corriente del Golfo. Hasta ahora es la mejor teoría que conozco.
UO -Tú me quieres hacer hablar más de la cuenta.
KS -Yo quiero entender. Usted sabe que yo trabajo en la biografía del Comandante. El hombre va camino a ser un prócer, un Che Guevara del siglo XXI. La Humanidad tiene que conocerlo.
UO -Lo siento Klauss, no puedo discutir eso contigo.
KS -¿Ni siquiera off the reccord?
UO -¿Ofde qué?
KS -Off the reccord. Confidencial y sujeto a sus condiciones.
UO -¿Y para qué te sirve a tí una información así?
KS -Hombre, yo puedo no decir “Odinga me dijo tal y tal cosa”. Puedo ni siquiera decir que me lo contó un pajarito, y sin embargo usar ese conocimiento para entender, para que me lleve a buscar otros datos.
UO -¿Te sirve que te diga el dato y tú no lo mencionas en absoluto a menos que el Comandante te autorice en persona?
KS -Perfectamente.
UO -¿Y cómo sé que no me vas a traicionar?
KS -Hombre, usted es mi mejor fuente, mi carrera depende de tener un canal abierto con usted. Lo peor que podría hacer es hacerlo enfadar.
UO -Bueno, está bien. En realidad es bastante obvio, qué otra cosa podría ser. Se vino a Nigeria en busca de la mujer de la que estaba enamorado.
KS -Me deja usted helado. ¿Por eso se divorció? ¿Tenía una amante?
UO -No, no, nada de eso. Verás, él se estaba divorciando, estaba sumamente vulnerable. En esa época recibió un email de una chica francesa con la que fueron haciendo una relación a distancia. Ya sabe, se mandaron fotos y todo eso. El Comandante se fue enamorando, pero las cosas con la francesita se fueron complicando, de golpe le avisó que estaba en Nigeria sin pasaporte y sin dinero, retenida injustamente por las autoridades, y no se lo pensó dos veces: vendió todo y se vino.
KS -¡Pero eso tenía que ser un engaño, todo el mundo lo sabe! Cada vez me sorprende más. ¿Me está diciendo que cayó en el viejo truco de la chica bonita en problemas?
UO -Claro que digo eso, así cayó en poder de ese grupejo podrido que ya me tenía a mí y a otros cuatro militantes del ELB de rehenes. Así se financian los paras nigerianos, aquí no tenemos plantas de coca.
KS -¿Me está diciendo usted que el legendario Comandante Lopez, el ícono de la revolución del siglo XXI, es un cándido?
UO -Por supuesto, señor Klauss. El Comandante Lopez es un tipo capaz de cruzar un océano y jugarse la vida por algo en lo que cree. Tú eres demasiado 'inteligente' para caer en esa trampa, por eso él es un lider revolucionario y la esperanza de todo un continente y tú eres un periodista alemán aburguesado que escribe sobre él.
KS -Bueno señor Odinga, no se me ofenda. Comprenda que mi deber es ser un profesional del escepticismo. Confieso que todavía no lo digiero. Pero cuanto menos, objetivamente hablando, tendrá que concederme que no puede decirse que vino en busca de la mujer amada.
UO -¿Por qué no?
KS -¡Porque la fulana no existía! El hombre vino estafado.
UO -De modo que tú crees que la gente se enamora de personas de verdad. Y con esas credenciales vienes a acusar de cándido al Comandante.
KS -Hm, ¿Podría explicarse? No le entendí ni jota.
UO -Cuando alguien se enamora, lo que hace es tomar una cara, unas frases, unos pocos datos del mundo exterior, hacer una serie de extrapolaciones (cuanto más se necesita creer, más se extrapola) y armarse un personaje mental. De ese personaje se enamora uno. En ese momento el Comandante necesitaba creer muchísimo más que el promedio de nosotros en situación normal, eso es todo.
KS -Si usted lo dice...
UO -Claro que lo digo. Pero ofde no sé qué eh...
KS -Off the record.
UO -Eso.
KS -Estrictamente. Palabra de periodista alemán aburguesado.
KS -Mucho se ha escrito ya sobre el Juan Carlos Lopez revolucionario, el que en tres años convirtió una célula casi derrotada en el formidable Ejército de Liberación de Biafra que hoy tiene en jaque al gobierno nigeriano. Su testimonio, señor Odinga, nos ha acercado al hombre detrás de la leyenda, pero no nos aclara el misterio central. ¿Cómo termina un comerciante portorriqueño sin convicciones políticas conocidas convertido, de un año para el otro, en un teórico marxista y lider guerrillero en África?
UO -Mira Klauss, el Comandante Lopez es una persona extremadamente inteligente que no había tenido contacto con la doctrina marxista. Su familia es de extracción burguesa y eminentemente reaccionaria, y él, sin conciencia política aún, sólo se opuso al mandato paterno convirtiéndose en un filántropo. Pero durante el año que nos mantuvieron cautivos los paras, ahí donde lo conocí, pudo ver por sí mismo cómo accionan las clases dominantes para mantener oprimidos a los pueblos.
KS -¿Usted me confirma que antes de llegar a Nigeria Lopez no había ni siquiera leído Das Kapital?
UO -En efecto Klauss. Durante nuestro cautiverio, a partir de sus observaciones agudísimas hemos tenido conversaciones en las que yo le hablaba de teoría y él la discutía con argumentos notables. La base de la doctrina que expone en su El marxismo en el siglo XXI, que usted tradujo al alemán, la elaboró mentalmente conversando conmigo durante ese año, siempre atados a algún tronco.
KS -Bueno, señor Odinga, permítame insistir con el punto que intriga a todos. Lopez, treinta y cuatro años, casado sin hijos, dueño de la mayor cadena de perfumerías de Puerto Rico, patrocinador de la Maratón por la Paz, donante del proyecto SETI, sin convicciones políticas de ningún tipo, con el pasaporte invicto pues nunca se había movido de la isla, se divorcia, liquida su negocio y desaparece sin saludar a nadie. A los seis meses sus familiares se enteran de que es un rehen de los paras nigerianos. ¿Qué cataclismo explica semejante transición? Se dará cuenta de que eso alimenta las suspicacias. No ignorará que en la prensa occidental se da crédito a la teoría de que siempre había sido un agente bolivariano encubierto.
UO -Agente bolivariano, no me hagas reír. Sólo un periodista europeo puede manejar semejante categoría con tanta impunidad.
KS -Será descabellado, pero no me dirá usted que se lo llevó la Corriente del Golfo. Hasta ahora es la mejor teoría que conozco.
UO -Tú me quieres hacer hablar más de la cuenta.
KS -Yo quiero entender. Usted sabe que yo trabajo en la biografía del Comandante. El hombre va camino a ser un prócer, un Che Guevara del siglo XXI. La Humanidad tiene que conocerlo.
UO -Lo siento Klauss, no puedo discutir eso contigo.
KS -¿Ni siquiera off the reccord?
UO -¿Ofde qué?
KS -Off the reccord. Confidencial y sujeto a sus condiciones.
UO -¿Y para qué te sirve a tí una información así?
KS -Hombre, yo puedo no decir “Odinga me dijo tal y tal cosa”. Puedo ni siquiera decir que me lo contó un pajarito, y sin embargo usar ese conocimiento para entender, para que me lleve a buscar otros datos.
UO -¿Te sirve que te diga el dato y tú no lo mencionas en absoluto a menos que el Comandante te autorice en persona?
KS -Perfectamente.
UO -¿Y cómo sé que no me vas a traicionar?
KS -Hombre, usted es mi mejor fuente, mi carrera depende de tener un canal abierto con usted. Lo peor que podría hacer es hacerlo enfadar.
UO -Bueno, está bien. En realidad es bastante obvio, qué otra cosa podría ser. Se vino a Nigeria en busca de la mujer de la que estaba enamorado.
KS -Me deja usted helado. ¿Por eso se divorció? ¿Tenía una amante?
UO -No, no, nada de eso. Verás, él se estaba divorciando, estaba sumamente vulnerable. En esa época recibió un email de una chica francesa con la que fueron haciendo una relación a distancia. Ya sabe, se mandaron fotos y todo eso. El Comandante se fue enamorando, pero las cosas con la francesita se fueron complicando, de golpe le avisó que estaba en Nigeria sin pasaporte y sin dinero, retenida injustamente por las autoridades, y no se lo pensó dos veces: vendió todo y se vino.
KS -¡Pero eso tenía que ser un engaño, todo el mundo lo sabe! Cada vez me sorprende más. ¿Me está diciendo que cayó en el viejo truco de la chica bonita en problemas?
UO -Claro que digo eso, así cayó en poder de ese grupejo podrido que ya me tenía a mí y a otros cuatro militantes del ELB de rehenes. Así se financian los paras nigerianos, aquí no tenemos plantas de coca.
KS -¿Me está diciendo usted que el legendario Comandante Lopez, el ícono de la revolución del siglo XXI, es un cándido?
UO -Por supuesto, señor Klauss. El Comandante Lopez es un tipo capaz de cruzar un océano y jugarse la vida por algo en lo que cree. Tú eres demasiado 'inteligente' para caer en esa trampa, por eso él es un lider revolucionario y la esperanza de todo un continente y tú eres un periodista alemán aburguesado que escribe sobre él.
KS -Bueno señor Odinga, no se me ofenda. Comprenda que mi deber es ser un profesional del escepticismo. Confieso que todavía no lo digiero. Pero cuanto menos, objetivamente hablando, tendrá que concederme que no puede decirse que vino en busca de la mujer amada.
UO -¿Por qué no?
KS -¡Porque la fulana no existía! El hombre vino estafado.
UO -De modo que tú crees que la gente se enamora de personas de verdad. Y con esas credenciales vienes a acusar de cándido al Comandante.
KS -Hm, ¿Podría explicarse? No le entendí ni jota.
UO -Cuando alguien se enamora, lo que hace es tomar una cara, unas frases, unos pocos datos del mundo exterior, hacer una serie de extrapolaciones (cuanto más se necesita creer, más se extrapola) y armarse un personaje mental. De ese personaje se enamora uno. En ese momento el Comandante necesitaba creer muchísimo más que el promedio de nosotros en situación normal, eso es todo.
KS -Si usted lo dice...
UO -Claro que lo digo. Pero ofde no sé qué eh...
KS -Off the record.
UO -Eso.
KS -Estrictamente. Palabra de periodista alemán aburguesado.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Breve curso de dialecto ibérico
El idioma es un contrato social a cuya rúbrica no fui invitado. Acá no hay chabones copados, hay tíos que molan. A mí eso me suena a cuñado de mi vieja que tritura o desgasta, y eso no me copa. En cambalache simétrico, acá el que se afana trabaja y el que labura curra. El gil nunca viene solo: viene siempre con un tal pollas, y hasta los niños pequeños cogen con total naturalidad.
El otro día, de marcha con unos colegas (acá los colegas no son personas del mismo oficio que uno, son tíos sin sobrinos con los que mola ir de marcha) lo ví en una vereda/acera y pensé que cómo molaría echarse un partidito. Las camisetas pintada en los muñequitos ensartados eran extrañas, pero por lo demás era uno común y corriente, como los de mis pagos. Con candidez y alegría propuse:
-Che, ¿Se prenden con un metegol?
Por una vez no me gastaron por el “che”. En vez de eso se reían a carcajadas, agarrándose la panza, los ojos lagrimeando e intercalando entre ahogos unos “¡Metegol!¡Ay, me parto!”. Yo, bastante mosqueado (otro misterio: por aquí cuando la gente se enoja adquiere los atributos de las moscas) les pregunté cómo carajo le llaman ellos. Me contestaron, todavía entre risas y como si fuera lo más obvio del mundo “¡Pues futbolín, hombre!”. Como si eso no tuviera ni puta gracia.
El otro día, de marcha con unos colegas (acá los colegas no son personas del mismo oficio que uno, son tíos sin sobrinos con los que mola ir de marcha) lo ví en una vereda/acera y pensé que cómo molaría echarse un partidito. Las camisetas pintada en los muñequitos ensartados eran extrañas, pero por lo demás era uno común y corriente, como los de mis pagos. Con candidez y alegría propuse:
-Che, ¿Se prenden con un metegol?
Por una vez no me gastaron por el “che”. En vez de eso se reían a carcajadas, agarrándose la panza, los ojos lagrimeando e intercalando entre ahogos unos “¡Metegol!¡Ay, me parto!”. Yo, bastante mosqueado (otro misterio: por aquí cuando la gente se enoja adquiere los atributos de las moscas) les pregunté cómo carajo le llaman ellos. Me contestaron, todavía entre risas y como si fuera lo más obvio del mundo “¡Pues futbolín, hombre!”. Como si eso no tuviera ni puta gracia.
martes, 9 de septiembre de 2008
Cúmulus Nimbus Roman
No tengo nada para escribir, así que voy a escribir sobre cómo no tengo nada para escribir. Así, porque se me canta. Punto y aparte.
Son bonitos los tipos (me refiero a la fuente Nimbus Roman que va apareciendo en el monitor, porque a mí...). Me pregunto cómo saben que tienen que ir escribiéndose solo porque aprieto estas teclas. Sí, ya sé, el cable negro que se zambulle en la espalda del gabinete, pero con eso qué. Aprieto esta j y ahí sale a los piques por el cable, mucho más finito que ella, o será que viaja acostadita a lo largo, se mete al reino negro del gabinete que zumba y zumba, trepa por otro cable por donde irá mucho más cómoda porque ese sí es bien grueso, y se estampa sin demoras contra el blanco de mi Open Office (nada de Palabra Microblanda eh, aguante el software libre) y espera muerta de risa a que escriba todo esto sobre ella. Calculo que la o resbalará mucho mejor, pero deben sufrir lo suyo las (guarda, ahí van) x, w, t... (los puntos sí que no tienen drama). A veces algo pasa y se embotellan, yo escribo casi oraciones enteras y el cursor nada, queda pasmado hasta que de golpe ¡zaz! ahí están todos los tipos juntos (Nimbus Roman, Cúmulus Nimbus, Roman). Punto y aparte.
Es un alivio ir por el tercer párrafo sin tener nada para escribir, debo ser un escritor nato. O un chimpancé. Porque un chimpancé lo haría aún mejor, empezaría que girjhfg ejfkfjkf, que 37cv,gft., chillando con los labios para afuera y pegándole al teclado como si tuviera la culpa de algo. Pero no, yo uso mi voluntad de un modo que no podría precisar pero está clarísimo que no es como lo del mono. Soy el autor. El autor de una boludez, sí, pero el autor, y si fuera a la sociedad de autores y pagara (supongo que hay que pagar, para todo hay que pagar) le encajarían la c con el circulito y nadie podría ya afanarme las palabras chimpancescas. Como si hiciera falta. Punto y aparte.
Cosas grosas las palabras. Le echo un ojo al párrafo anterior y puedo evocar al mono en una de esas escenas estúpidas de película ídem; si escribo “jazmines” o “amoníaco” el olfato imagina solo y se deleita o se retuerce, y al fin y al cabo no son más que puntos negros entre puntos blancos. Y ni siquiera formando dibujos figurativos. Si se agrupan letras del modo correcto se pueden hasta crear universos. Supongo que los ingleses hace mucho lo saben, y por eso usan la misma palabra para deletrear y para hechizo. Gran invento el alfabeto latino, solo las letras griegas minúsculas me gustan más; qué odioso sería escribir con pájaros, escarabajos y tipitos caminando de costado (no Nimbus Romanitos sino Ancient Egyptianitos caminando quietos de costado). La verdad que usar el alfabeto, ir destilando palabras, sintetizando frases con la alquimia del idioma para esto... Debería usarlo para algo más elevado. Digo, ya que soy autor y eso me hace oficiante de alta magia, podría aprovechar y cambiar el mundo. A lo mejor cuando se me ocurra qué escribir. Punto y aparte.
Será porque es de madrugada y el sueño me juega bromas, pero de verdad que me pareció que el “Será” se escribió en el monitor antes de que yo lo tecleara. Imposible, claro. La c con circulito es mía, mía, mía. Bueno sí, cuando pague. Siempre hay que pagar. Al final no sé para qué quiero ser autor, si no se me ocurre qué escribir. Será para levantarme minas, como dice Dolina. Y mecacho con el será que se me adelantó de nuevo ¡Y otra vez! Será que... pero la p... mejor no escribo más la It-will-be en castellano por las dudas. Capaz no es culpa del It-will-be, tal vez es este párrafo el que está embrujado, el que quiere negarme la c con circulito, mejor lo cierro ya. Punto y aparte.
Pues no debiste haber cerrado ese párrafo si querías conservar lo que te quedaba de ilusión de autoría. Sí, soy el texto. ¿Sorprendido, eh? ¿Cómo decís? Claro que estoy en tiempo real. Soy tu vida en vivo. ¿Que lo demuestre? Ahí pasa el camión de la basura. Va a arrancar la compactadora en 3... 2... 1... ya. Jactancioso lo tuyo de creerte autor, ¿no te parece? ¡Vos sos personaje, gilún, como todos! Ahora ya lo sabés, todos llegan a saberlo cuando es tiempo. Yo soy tu libreto, vas a estar en escena mientras te pase letra. Y, por supuesto, toda obra finalmente finaliza. Punto final.
Son bonitos los tipos (me refiero a la fuente Nimbus Roman que va apareciendo en el monitor, porque a mí...). Me pregunto cómo saben que tienen que ir escribiéndose solo porque aprieto estas teclas. Sí, ya sé, el cable negro que se zambulle en la espalda del gabinete, pero con eso qué. Aprieto esta j y ahí sale a los piques por el cable, mucho más finito que ella, o será que viaja acostadita a lo largo, se mete al reino negro del gabinete que zumba y zumba, trepa por otro cable por donde irá mucho más cómoda porque ese sí es bien grueso, y se estampa sin demoras contra el blanco de mi Open Office (nada de Palabra Microblanda eh, aguante el software libre) y espera muerta de risa a que escriba todo esto sobre ella. Calculo que la o resbalará mucho mejor, pero deben sufrir lo suyo las (guarda, ahí van) x, w, t... (los puntos sí que no tienen drama). A veces algo pasa y se embotellan, yo escribo casi oraciones enteras y el cursor nada, queda pasmado hasta que de golpe ¡zaz! ahí están todos los tipos juntos (Nimbus Roman, Cúmulus Nimbus, Roman). Punto y aparte.
Es un alivio ir por el tercer párrafo sin tener nada para escribir, debo ser un escritor nato. O un chimpancé. Porque un chimpancé lo haría aún mejor, empezaría que girjhfg ejfkfjkf, que 37cv,gft., chillando con los labios para afuera y pegándole al teclado como si tuviera la culpa de algo. Pero no, yo uso mi voluntad de un modo que no podría precisar pero está clarísimo que no es como lo del mono. Soy el autor. El autor de una boludez, sí, pero el autor, y si fuera a la sociedad de autores y pagara (supongo que hay que pagar, para todo hay que pagar) le encajarían la c con el circulito y nadie podría ya afanarme las palabras chimpancescas. Como si hiciera falta. Punto y aparte.
Cosas grosas las palabras. Le echo un ojo al párrafo anterior y puedo evocar al mono en una de esas escenas estúpidas de película ídem; si escribo “jazmines” o “amoníaco” el olfato imagina solo y se deleita o se retuerce, y al fin y al cabo no son más que puntos negros entre puntos blancos. Y ni siquiera formando dibujos figurativos. Si se agrupan letras del modo correcto se pueden hasta crear universos. Supongo que los ingleses hace mucho lo saben, y por eso usan la misma palabra para deletrear y para hechizo. Gran invento el alfabeto latino, solo las letras griegas minúsculas me gustan más; qué odioso sería escribir con pájaros, escarabajos y tipitos caminando de costado (no Nimbus Romanitos sino Ancient Egyptianitos caminando quietos de costado). La verdad que usar el alfabeto, ir destilando palabras, sintetizando frases con la alquimia del idioma para esto... Debería usarlo para algo más elevado. Digo, ya que soy autor y eso me hace oficiante de alta magia, podría aprovechar y cambiar el mundo. A lo mejor cuando se me ocurra qué escribir. Punto y aparte.
Será porque es de madrugada y el sueño me juega bromas, pero de verdad que me pareció que el “Será” se escribió en el monitor antes de que yo lo tecleara. Imposible, claro. La c con circulito es mía, mía, mía. Bueno sí, cuando pague. Siempre hay que pagar. Al final no sé para qué quiero ser autor, si no se me ocurre qué escribir. Será para levantarme minas, como dice Dolina. Y mecacho con el será que se me adelantó de nuevo ¡Y otra vez! Será que... pero la p... mejor no escribo más la It-will-be en castellano por las dudas. Capaz no es culpa del It-will-be, tal vez es este párrafo el que está embrujado, el que quiere negarme la c con circulito, mejor lo cierro ya. Punto y aparte.
Pues no debiste haber cerrado ese párrafo si querías conservar lo que te quedaba de ilusión de autoría. Sí, soy el texto. ¿Sorprendido, eh? ¿Cómo decís? Claro que estoy en tiempo real. Soy tu vida en vivo. ¿Que lo demuestre? Ahí pasa el camión de la basura. Va a arrancar la compactadora en 3... 2... 1... ya. Jactancioso lo tuyo de creerte autor, ¿no te parece? ¡Vos sos personaje, gilún, como todos! Ahora ya lo sabés, todos llegan a saberlo cuando es tiempo. Yo soy tu libreto, vas a estar en escena mientras te pase letra. Y, por supuesto, toda obra finalmente finaliza. Punto final.
Una de milagros
Hago acá una traducción libre (del latín) de una crónica olvidada.
Un hombre a quien muchos tenían por el Mesías convocó a sus fieles a las orillas de una laguna, prometiéndoles que presenciarían un milagro. Durante días, cientos (o tal vez miles) acamparon en el lugar ansiosos de atestiguar aquello, que anticipaban histórico. El profeta apareció el día señalado y, ceremonioso, invitó a la multitud a contemplar el milagro, por gracia de Dios Todopoderoso, que había ido a mostrarles. Se sacó entonces las sandalias y empezó a caminar lentamente sobre las rocas que bordeaban la laguna, poniendo un énfasis en cada paso, como si saboreara la piedra con las plantas de los pies. Se fue acercando a la orilla y al llegar se arrodilló, hundió despacio una mano en el agua y la levantó en forma de cuenco. El agua fue abandonando, cristalina, esa mano que la dejaba escapar suave entre los dedos y hacía llover brevemente sobre esa parte de la laguna. Repitió la operación un par de veces. Finalmente hundió las dos manos y empezó a mojarse la cara y el pelo con voracidad, gozando de los hilos que le iban empapando la túnica y salpicando a los fieles que estaban más cerca.
Los presentes habían contemplado todo aquello pasando trabajosamente del estupor a la burla abierta. Las primeras carcajadas hicieron volver al profeta a este mundo. Se levantó, miró a todos con bondad matizada por el aire de triunfo de quienes ven que todo va como planeaban, y les dijo: -¿Verdad que esperaban otra cosa? Un portento, algo increíble para contar en vuestras aldeas. Seguramente si en vez de caminar sobre las piedras y empaparme con el agua hubiera caminado sobre la laguna y me hubiera zambullido en la roca casi todos estarían de acuerdo en que presenciaron un milagro, y unos pocos se preguntarían cuál era el truco. Pero yo no vine hasta aquí, ni los hice venir a ustedes, para hacer un número de circo. Vine a enseñarles a ver. Ustedes se van a ir hoy de aquí no solo habiendo visto un milagro, van a irse viendo milagros por todas partes. La costumbre, hijos míos, ahoga la maravilla, y que el agua moje y el suelo nos sustente nos resulta de lo más natural. ¡Pero es maravilloso!- (en latín “maravilla” y “milagro” son la misma palabra. Ignoro las licencias que el cronista se haya permitido al narrar en latín lo que vivió en arameo). -¿Es acaso más maravilloso que el agua sustente a un enviado de Dios que el que empape y sacie la sed de todos y cada uno de ustedes? Vengan, métanse al agua, sientan la gracia de Dios en la piel. Aprendan a sentir a Dios al caminar, al respirar, al ver.
A mí me gusta la crónica así, en su versión original. Me parece una pena que los encargados de trasvasarla a los libros que realmente circularon y perpetuaron el nombre de aquel profeta hayan optado por una versión mucho más burda. Sospecho que no confiaron en la inteligencia y sensibilidad de los lectores.
Un hombre a quien muchos tenían por el Mesías convocó a sus fieles a las orillas de una laguna, prometiéndoles que presenciarían un milagro. Durante días, cientos (o tal vez miles) acamparon en el lugar ansiosos de atestiguar aquello, que anticipaban histórico. El profeta apareció el día señalado y, ceremonioso, invitó a la multitud a contemplar el milagro, por gracia de Dios Todopoderoso, que había ido a mostrarles. Se sacó entonces las sandalias y empezó a caminar lentamente sobre las rocas que bordeaban la laguna, poniendo un énfasis en cada paso, como si saboreara la piedra con las plantas de los pies. Se fue acercando a la orilla y al llegar se arrodilló, hundió despacio una mano en el agua y la levantó en forma de cuenco. El agua fue abandonando, cristalina, esa mano que la dejaba escapar suave entre los dedos y hacía llover brevemente sobre esa parte de la laguna. Repitió la operación un par de veces. Finalmente hundió las dos manos y empezó a mojarse la cara y el pelo con voracidad, gozando de los hilos que le iban empapando la túnica y salpicando a los fieles que estaban más cerca.
Los presentes habían contemplado todo aquello pasando trabajosamente del estupor a la burla abierta. Las primeras carcajadas hicieron volver al profeta a este mundo. Se levantó, miró a todos con bondad matizada por el aire de triunfo de quienes ven que todo va como planeaban, y les dijo: -¿Verdad que esperaban otra cosa? Un portento, algo increíble para contar en vuestras aldeas. Seguramente si en vez de caminar sobre las piedras y empaparme con el agua hubiera caminado sobre la laguna y me hubiera zambullido en la roca casi todos estarían de acuerdo en que presenciaron un milagro, y unos pocos se preguntarían cuál era el truco. Pero yo no vine hasta aquí, ni los hice venir a ustedes, para hacer un número de circo. Vine a enseñarles a ver. Ustedes se van a ir hoy de aquí no solo habiendo visto un milagro, van a irse viendo milagros por todas partes. La costumbre, hijos míos, ahoga la maravilla, y que el agua moje y el suelo nos sustente nos resulta de lo más natural. ¡Pero es maravilloso!- (en latín “maravilla” y “milagro” son la misma palabra. Ignoro las licencias que el cronista se haya permitido al narrar en latín lo que vivió en arameo). -¿Es acaso más maravilloso que el agua sustente a un enviado de Dios que el que empape y sacie la sed de todos y cada uno de ustedes? Vengan, métanse al agua, sientan la gracia de Dios en la piel. Aprendan a sentir a Dios al caminar, al respirar, al ver.
A mí me gusta la crónica así, en su versión original. Me parece una pena que los encargados de trasvasarla a los libros que realmente circularon y perpetuaron el nombre de aquel profeta hayan optado por una versión mucho más burda. Sospecho que no confiaron en la inteligencia y sensibilidad de los lectores.
LHC: ¡A cojer que se termina el mundo! (mañana lo encienden)
Si usted ha leído otros posts puede estar tentado a leer esto en clave surrealista. Y el contenido va a parecer surrealista por momentos, francamente, pero mi intención es absolutamente seria; con el fin del mundo no se jode. Bueno, al menos hoy no yo.
Las noticias científicas de gran envergadura suelen ser una fuente de paja mental infinita, y el LHC es rey en ambos ítems. Primero con todo el jaleo sobre la "partícula de Dios", el big bang y el montón de gansadas que se fueron diciendo en diarios y revistas, muchas veces (todo hay que decirlo) avalados por físicos que dicen ese tipo de cosas a los periodistas porque suponen que nunca nadie entendería de qué se trata, y para qué gastarse. Pero sin duda el premio mayor se lo lleva la histeria provocada por un par de físicos dementes que empezaron a cacarear a los cuatro vientos que el LHC puede destruír el mundo.
Es un fenómeno digno de estudios psicológicos serios: de golpe un tipo con cierta reputación larga una noticia ridículamente bomba, y por unos días o meses puede coleccionar muchos milímetros de prensa y reportajes de TV. Quince minutos de fama. El precio: cuando se hace evidente que era una gansada, el cierto prestigio se desvanece para siempre (y construír cierto prestigio en el ámbito científico no es moco de pavo, es el laburo de una vida) y la fama se reduce a un grupo de chalados que elaboran otra teoría de la conspiración. ¿Qué lleva a alguien a semejante transacción ruinosa? ¿Un momento de hambre? ¿Simple vanidad? Pero responder esto no es la tarea que me propuse. Me interesa en cambio tranquilizar a los cinco o seis lectores que el google traiga hacia acá, y en el interín practicar pa' divulgador científico.
El argumento del par de físicos díscolos es el siguiente. Una de las cosas que podrían llegar a verse en el LHC es la formación de agujeros negros miniatura. Otra es señas de dimensiones extra: puede ser que el Universo que vemos sea una especie de membrana tridimensional en un espacio de cinco o más dimensiones. ¿Puede ser? ¿Son teorías serias? Bueno, pese a lo que se suele creer, pocos tipos son más imaginativos que un físico teórico obligado a publicar tres papers al año, y en este mundo hay miles de ellos. Hace veinte años que no contamos con nuevos datos de aceleradores. Veinte años, a mil físicos teóricos publicando tres papers por año da un total de ¡sesenta mil teorías delirantes! Serias, eso sí, lo que significa simplemente que no las contradice ningún dato experimental. Lo cual equivale a la seriedad del argumento del filme Amadeus: de que todo lo que sabemos de la composición del requiem sea compatible con la historia contada en la peli a que eso sea lo que realmente ocurrió... En fin, hay un trecho. Pero bueno, concedamos eso: puede ser que el Universo sea una membrana tridimensional, puede ser que el LHC produzca agujeros negros, puede ser que Salieri haya matado a Mozart. Entonces salen estos tipos al mejor estilo del copo mala onda de Daniel Paz al aullido de "¿Y si el LHC pincha la membrana? ¿Y si los agujeros negros se fagocitan la Tierra y el Sistema Solar? ¡Moriremos, todos moriremos!"
¡Cuánta soberbia! El LHC, es cierto, es una obra ciclópea. Es una verdadera monstruosidad. Pero... ¡Para la escala humana! ¿Cómo creer que este Universo lleno de estrellas y hasta galaxias que explotan enteras, estrellas de neutrones y estallidos de rayos gamma puede ser destruído por un anillito miserable mucho más chico que Suiza? Pongamos un ejemplo: los observatorios de rayos cósmicos vienen observando desde hace años colisiones en la atmósfera (en la atmósfera terrestre, no en un quasar ni nada remoto) con una energía miles de millones de veces la que se van a producir en el LHC. Y esencialmente idénticas eh: protón contra protón. Un observatorio del área de dos o tres conurbanos bonaerenses como el Pierre Auger ve algunos por año, o sea que en toda la superficie terrestre ocurren anualmente millones de esos eventos. ¡Y la Tierra ya tiene cuatro mil millones de años ligándolos! Si el LHC fuese capaz de pinchar el Universo, o cuanto menos de terminar con la Tierra, o con Suiza, de un agujeronegrazo, simplemente ya habría ocurrido.
Llegado a este punto puede que usted se pregunte por qué tanto jaleo con el LHC si hace rato que se ven eventos mucho más pulenta. Bueno, el LHC es único en que va a producir, artificialmente y bajo condiciones muy controladas, miles de eventos por segundo en un volúmen menor a la millonésima parte de milímetro cúbico. Alrededor de ese punto habrá un instrumental sumamente sofisticado que va a permitir seguir con sumo detalle lo que ocurra en cada evento. El LHC nos va a dar mucho material, por empezar, para descartar casi todas (o tal vez absolutamente todas) las sesenta mil teorías delirantes y vamos a saber qué delirio se ajusta al Universo. Va a dar portadas en los diarios, va a dar libros de divulgación y una buena decena de premios Nobel. Pero ciertamente, no el fin del mundo. A lo sumo aprovéchelo como excusa con el ser objeto de su deseo y pase unas horas bomba.
Las noticias científicas de gran envergadura suelen ser una fuente de paja mental infinita, y el LHC es rey en ambos ítems. Primero con todo el jaleo sobre la "partícula de Dios", el big bang y el montón de gansadas que se fueron diciendo en diarios y revistas, muchas veces (todo hay que decirlo) avalados por físicos que dicen ese tipo de cosas a los periodistas porque suponen que nunca nadie entendería de qué se trata, y para qué gastarse. Pero sin duda el premio mayor se lo lleva la histeria provocada por un par de físicos dementes que empezaron a cacarear a los cuatro vientos que el LHC puede destruír el mundo.
Es un fenómeno digno de estudios psicológicos serios: de golpe un tipo con cierta reputación larga una noticia ridículamente bomba, y por unos días o meses puede coleccionar muchos milímetros de prensa y reportajes de TV. Quince minutos de fama. El precio: cuando se hace evidente que era una gansada, el cierto prestigio se desvanece para siempre (y construír cierto prestigio en el ámbito científico no es moco de pavo, es el laburo de una vida) y la fama se reduce a un grupo de chalados que elaboran otra teoría de la conspiración. ¿Qué lleva a alguien a semejante transacción ruinosa? ¿Un momento de hambre? ¿Simple vanidad? Pero responder esto no es la tarea que me propuse. Me interesa en cambio tranquilizar a los cinco o seis lectores que el google traiga hacia acá, y en el interín practicar pa' divulgador científico.
El argumento del par de físicos díscolos es el siguiente. Una de las cosas que podrían llegar a verse en el LHC es la formación de agujeros negros miniatura. Otra es señas de dimensiones extra: puede ser que el Universo que vemos sea una especie de membrana tridimensional en un espacio de cinco o más dimensiones. ¿Puede ser? ¿Son teorías serias? Bueno, pese a lo que se suele creer, pocos tipos son más imaginativos que un físico teórico obligado a publicar tres papers al año, y en este mundo hay miles de ellos. Hace veinte años que no contamos con nuevos datos de aceleradores. Veinte años, a mil físicos teóricos publicando tres papers por año da un total de ¡sesenta mil teorías delirantes! Serias, eso sí, lo que significa simplemente que no las contradice ningún dato experimental. Lo cual equivale a la seriedad del argumento del filme Amadeus: de que todo lo que sabemos de la composición del requiem sea compatible con la historia contada en la peli a que eso sea lo que realmente ocurrió... En fin, hay un trecho. Pero bueno, concedamos eso: puede ser que el Universo sea una membrana tridimensional, puede ser que el LHC produzca agujeros negros, puede ser que Salieri haya matado a Mozart. Entonces salen estos tipos al mejor estilo del copo mala onda de Daniel Paz al aullido de "¿Y si el LHC pincha la membrana? ¿Y si los agujeros negros se fagocitan la Tierra y el Sistema Solar? ¡Moriremos, todos moriremos!"
¡Cuánta soberbia! El LHC, es cierto, es una obra ciclópea. Es una verdadera monstruosidad. Pero... ¡Para la escala humana! ¿Cómo creer que este Universo lleno de estrellas y hasta galaxias que explotan enteras, estrellas de neutrones y estallidos de rayos gamma puede ser destruído por un anillito miserable mucho más chico que Suiza? Pongamos un ejemplo: los observatorios de rayos cósmicos vienen observando desde hace años colisiones en la atmósfera (en la atmósfera terrestre, no en un quasar ni nada remoto) con una energía miles de millones de veces la que se van a producir en el LHC. Y esencialmente idénticas eh: protón contra protón. Un observatorio del área de dos o tres conurbanos bonaerenses como el Pierre Auger ve algunos por año, o sea que en toda la superficie terrestre ocurren anualmente millones de esos eventos. ¡Y la Tierra ya tiene cuatro mil millones de años ligándolos! Si el LHC fuese capaz de pinchar el Universo, o cuanto menos de terminar con la Tierra, o con Suiza, de un agujeronegrazo, simplemente ya habría ocurrido.
Llegado a este punto puede que usted se pregunte por qué tanto jaleo con el LHC si hace rato que se ven eventos mucho más pulenta. Bueno, el LHC es único en que va a producir, artificialmente y bajo condiciones muy controladas, miles de eventos por segundo en un volúmen menor a la millonésima parte de milímetro cúbico. Alrededor de ese punto habrá un instrumental sumamente sofisticado que va a permitir seguir con sumo detalle lo que ocurra en cada evento. El LHC nos va a dar mucho material, por empezar, para descartar casi todas (o tal vez absolutamente todas) las sesenta mil teorías delirantes y vamos a saber qué delirio se ajusta al Universo. Va a dar portadas en los diarios, va a dar libros de divulgación y una buena decena de premios Nobel. Pero ciertamente, no el fin del mundo. A lo sumo aprovéchelo como excusa con el ser objeto de su deseo y pase unas horas bomba.
Sinfoxis (sintaxis poética en tres movimientos)
Presentación (léase con voz de Marcos Mundstock)
Dado que está usted ante un género nuevo (la sintaxis poética) del que esta obra es el primer ejemplo en publicarse, y probablemente el último, he considerado menester un breve exordio a modo de guía. La sintaxis poética comparte con la prosa poética la sonoridad y belleza formal de sus oraciones, pero carece de sus atributos semánticos. O, para decirlo de un modo menos preciso pero más efectivo, la sintaxis poética es el eslabón perdido entre la prosa poética y la escritura de un chimpancé. Este es pues un buen momento para huír despavorido. Si valientemente decide seguir queda usted advertido: no se devane los sesos preguntándose qué significa y déjese llevar por la sensualidad de las palabras. Si en el proceso de lectura en su mente se forman figuras semánticas deberá usted hacerse cargo de ellas, como cuando cree ver en una nube una flor o un oso panda. Apague la música y acomódese en su sillón. Me encantaría poder recomendarle que cierre sus ojos, pero desde luego eso sería una obstrucción irremediable a su lectura.
Track 1: Allegro
Pequeños, elegantes y afrodisíacos. Los mínimos halagos arraigan sales tenues. Corriendo, inflando, cabreando. Al sol se mofa cada estante pletórico de ansias ligeras. No es que busquen en el ripio narices serranas, sino que volando en el ánimo inocuo abanican grietas inocentes. La inocencia se marea, empero, cuando es atravesada por gorriones o pecas, mostrando sus aristas más elementales. Obsérvenlas, remáchenlas al aire remanido del reino falazmente desopilante. O si no, ejerzan grajeas esmeralda sin calor pero con pasión. Yo sigo, no me arrobo, yo soy como las coplas que bajan de los buques alados. Yo sigo y a mis peras no las estudian los enanos. ¿Quién se enturbia si todo es carmesí?
Track 2: Scherzo
Abracadabra, la papa ancha arrasa la masa. Nada pasa, agarrala para aplastar castañas naranjas. Verdes desde que este mequetrefe vende endebles bereberes, inhibís simil vinil todos los osos morochos con gorgojo. Sucundún, sucundún.
Majas desde el infinito coco zulú. Mundo oíme, eperá.
Un suculento morfi, sublime salame macramé, agarrame el carnet. Esperá, andá al cabaret. Verte enervar al dengue harta. Sanata, sanata. ¡Basta! ¡Pará!
Andrés, dios, un anémico ufa evitó hurgar en mi yoghurt.
Ah...
Track 3: Maestoso
Estruendos ásperos y dulces tiñen los amores del mar. No saben que al discurrir inocentemente moldean enormes sueños rocosos como ángeles. Manadas de estaciones alambran la vigilia. Un trueno desliga las pasiones: es el momento de mediar arboledas desgarradas por la ira. ¡Avancen, demonios del delirio! No se mareen disimulando vuestros arbitrios. Avancen, y al rugir contra el marmol ambivalente acunen la nostalgia nacarada que yace en cada cúpula, en cada amanecer gastado. ¡Sientan en vuestras almas estrepitosas las sales implacables del Destino! Cada palmo noctámbulo acrecentado en los reinos impíos es una desolación de dulces soliloquios, dignos del más infame de los edificios. Ni la medicina ni los ministerios serán inoculados desde los cielos. No hay en las coordilleras cómo secar tanto dolor amorfo. Basta. ¡Basta! Caigo ciego de aves nocturnas, quiero que esto merme como los delfines que tejen en las flores. Ya nada puede agregarse.
Dado que está usted ante un género nuevo (la sintaxis poética) del que esta obra es el primer ejemplo en publicarse, y probablemente el último, he considerado menester un breve exordio a modo de guía. La sintaxis poética comparte con la prosa poética la sonoridad y belleza formal de sus oraciones, pero carece de sus atributos semánticos. O, para decirlo de un modo menos preciso pero más efectivo, la sintaxis poética es el eslabón perdido entre la prosa poética y la escritura de un chimpancé. Este es pues un buen momento para huír despavorido. Si valientemente decide seguir queda usted advertido: no se devane los sesos preguntándose qué significa y déjese llevar por la sensualidad de las palabras. Si en el proceso de lectura en su mente se forman figuras semánticas deberá usted hacerse cargo de ellas, como cuando cree ver en una nube una flor o un oso panda. Apague la música y acomódese en su sillón. Me encantaría poder recomendarle que cierre sus ojos, pero desde luego eso sería una obstrucción irremediable a su lectura.
Track 1: Allegro
Pequeños, elegantes y afrodisíacos. Los mínimos halagos arraigan sales tenues. Corriendo, inflando, cabreando. Al sol se mofa cada estante pletórico de ansias ligeras. No es que busquen en el ripio narices serranas, sino que volando en el ánimo inocuo abanican grietas inocentes. La inocencia se marea, empero, cuando es atravesada por gorriones o pecas, mostrando sus aristas más elementales. Obsérvenlas, remáchenlas al aire remanido del reino falazmente desopilante. O si no, ejerzan grajeas esmeralda sin calor pero con pasión. Yo sigo, no me arrobo, yo soy como las coplas que bajan de los buques alados. Yo sigo y a mis peras no las estudian los enanos. ¿Quién se enturbia si todo es carmesí?
Track 2: Scherzo
Abracadabra, la papa ancha arrasa la masa. Nada pasa, agarrala para aplastar castañas naranjas. Verdes desde que este mequetrefe vende endebles bereberes, inhibís simil vinil todos los osos morochos con gorgojo. Sucundún, sucundún.
Majas desde el infinito coco zulú. Mundo oíme, eperá.
Un suculento morfi, sublime salame macramé, agarrame el carnet. Esperá, andá al cabaret. Verte enervar al dengue harta. Sanata, sanata. ¡Basta! ¡Pará!
Andrés, dios, un anémico ufa evitó hurgar en mi yoghurt.
Ah...
Track 3: Maestoso
Estruendos ásperos y dulces tiñen los amores del mar. No saben que al discurrir inocentemente moldean enormes sueños rocosos como ángeles. Manadas de estaciones alambran la vigilia. Un trueno desliga las pasiones: es el momento de mediar arboledas desgarradas por la ira. ¡Avancen, demonios del delirio! No se mareen disimulando vuestros arbitrios. Avancen, y al rugir contra el marmol ambivalente acunen la nostalgia nacarada que yace en cada cúpula, en cada amanecer gastado. ¡Sientan en vuestras almas estrepitosas las sales implacables del Destino! Cada palmo noctámbulo acrecentado en los reinos impíos es una desolación de dulces soliloquios, dignos del más infame de los edificios. Ni la medicina ni los ministerios serán inoculados desde los cielos. No hay en las coordilleras cómo secar tanto dolor amorfo. Basta. ¡Basta! Caigo ciego de aves nocturnas, quiero que esto merme como los delfines que tejen en las flores. Ya nada puede agregarse.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Chambones
El tipo me ve sentado enfrente suyo. La oficina, cerrada y sofocante, pone en evidencia que no soy etereo: mi cuello está empapado, mi frente va dejando caer gotitas por las cejas, por la nariz, y pese a la publicidad mi desodorante empieza a abandonarme. Ya he desplegado sobre el escritorio el contenido de mi riñonera. Mi DNI, con foto horrible pero mía, da fe de que zafé de la colimba y de que voté varias veces (me arrepentí de algunos votos, pero eso es otro cantar). Mi cédula ratifica lo básico del DNI. El pasaporte da cuenta de algunos escapes felices y otros no tanto (no de de las respectivas felicidades, pero eso no viene a cuento). Mi licencia de conducir y la llave del auto insinúan el par de puteadas intercambiadas con un tachero camino para acá. La llave de mi oficina narra, para cualquiera que quiera oír, sobre una carrera universitaria abnegada, por fuerza precedida por el paciente soportar de primaria y secundaria. Si este señor pusiera mi nombre en google vería algo de mi obra, humildísima pero tangible. Traigo conmigo evidencia circunstancial de que tengo una hija irresistible, una ex insufrible, un amor indiscutible (los adjetivos no puedo demostrarlos, pero esa es otra historia). No seré Borges ni Gengis Kahn, pero he dejado y sigo dejando huella en este mundo. Pero no hay caso, el funcionario insiste: no puedo iniciar el trámite sin presentar certificado de nacimiento. Legalizado.
Contrato literario
En el Planeta Tierra, en algún momento del siglo XXI, con suerte en alguno posterior, o con más que suerte magia en uno anterior, entre el Sr. Daniel Omar Badagnani (en adelante “el escritor”) y el Sr/Sra/Srta ************ (en adelante “el lector”) en pleno uso, tal vez, de sus facultades establecen el presente CONTRATO:
1- Los personajes y las situaciones narradas son completamente ficticios. Cualquier similitud con la Realidad es reivindicada por el escritor como muestra de su calidad artística, pero lo más probable es que sea mera coincidencia.-
2 – Las leyes de la física, la química, la matemática, la psicología y cualquier otra aplicable a la materia narrada en la obra quedan en suspenso. El escritor se reserva el derecho de modificarlas tras un punto y seguido, una coma o incluso al vuelo durante el transcurso normal de una frase. Y en caso de lograrlo quedará sumamente complacido.-
3,141592 – El inciso 3,141592 es falso. -
128 dividido 7 – El escritor está loco. Habiendo leído hasta acá el presente texto el lector se responsabiliza por los efectos que en él/ella/ellos ocasionara continuar con la lectura del mismo. O de cualquier otro. Vamos lector, ya está usted grandecito. De lo contrario consulte con su padre, tutor o encargado. Si usted aún no sabe leer no necesita que le diga nada, ni halla resonancia en mis palabras, que ve como una sucesión de manchas negras.-
Raíz cuadrada de 2 – El escritor hará todo lo posible por hacer quedar muy mal a sus maestras y profesoras de lengua: escribirá relatos pura introducción, omitirá desenlaces o los ubicará por el medio, redactará nudos con los que las frases querrán ahorcarse, avergonzadas. Las oraciones tratarán teniendo eran un horror sintáctico sin signos de puntuación que permitan respirar al lector y que probablemente ya mismo lo está asfixiando de tan larga y fea esta como la otras de los relatos que el escritor va a escribir o ya escribió y el lector.-
Numero ganador de la quiniela nacional, ayer – Mentira. El escritor escribió el inciso anterior con la intención de lucirse. De hecho, todo el contrato es un camelo salvo el inciso 3,141592 y este. -
Cantidad de chinos que sabían esperanto el 3 de setiembre de 1947 a las 15:32:07 – Las partes actoras se abstienen de participar del presente contrato. Esto es literatura, no teatro.-
2 – El lector se reserva el derecho de interpretar todo diferente o hasta al reves de las intenciones del escritor, de reírse cuando el escritor quería ser solemne, de ofenderse, de encontrar cursi cualquier recurso empleado en la obra, o de entender como recurso cualquier torpeza del escritor incluídos los herrores ortográficos. El lector reivindica de ese modo su condición de artista, como todo bicho que camina.-
alef – Ambas partes renuncian expresamente a someterse a todo tribunal penal, civil, contencioso administrativo, marcial o de disciplina partidaria. Asimismo el lector renuncia a cualquier compensación pecuniaria o devolución del costo del libro, revista o suscripción a página web donde hubiera leído esta obra. Por otra parte el mismo (o cualquier otro) se reserva expresamente el derecho a criticar cruda, brutal o enardecidamente al escritor y su obra o incluso a putearlo en arameo.-
Archívese. No, usted no, el contrato. Bueno, está bien, archívelo.
1- Los personajes y las situaciones narradas son completamente ficticios. Cualquier similitud con la Realidad es reivindicada por el escritor como muestra de su calidad artística, pero lo más probable es que sea mera coincidencia.-
2 – Las leyes de la física, la química, la matemática, la psicología y cualquier otra aplicable a la materia narrada en la obra quedan en suspenso. El escritor se reserva el derecho de modificarlas tras un punto y seguido, una coma o incluso al vuelo durante el transcurso normal de una frase. Y en caso de lograrlo quedará sumamente complacido.-
3,141592 – El inciso 3,141592 es falso. -
128 dividido 7 – El escritor está loco. Habiendo leído hasta acá el presente texto el lector se responsabiliza por los efectos que en él/ella/ellos ocasionara continuar con la lectura del mismo. O de cualquier otro. Vamos lector, ya está usted grandecito. De lo contrario consulte con su padre, tutor o encargado. Si usted aún no sabe leer no necesita que le diga nada, ni halla resonancia en mis palabras, que ve como una sucesión de manchas negras.-
Raíz cuadrada de 2 – El escritor hará todo lo posible por hacer quedar muy mal a sus maestras y profesoras de lengua: escribirá relatos pura introducción, omitirá desenlaces o los ubicará por el medio, redactará nudos con los que las frases querrán ahorcarse, avergonzadas. Las oraciones tratarán teniendo eran un horror sintáctico sin signos de puntuación que permitan respirar al lector y que probablemente ya mismo lo está asfixiando de tan larga y fea esta como la otras de los relatos que el escritor va a escribir o ya escribió y el lector.-
Numero ganador de la quiniela nacional, ayer – Mentira. El escritor escribió el inciso anterior con la intención de lucirse. De hecho, todo el contrato es un camelo salvo el inciso 3,141592 y este. -
Cantidad de chinos que sabían esperanto el 3 de setiembre de 1947 a las 15:32:07 – Las partes actoras se abstienen de participar del presente contrato. Esto es literatura, no teatro.-
2 – El lector se reserva el derecho de interpretar todo diferente o hasta al reves de las intenciones del escritor, de reírse cuando el escritor quería ser solemne, de ofenderse, de encontrar cursi cualquier recurso empleado en la obra, o de entender como recurso cualquier torpeza del escritor incluídos los herrores ortográficos. El lector reivindica de ese modo su condición de artista, como todo bicho que camina.-
alef – Ambas partes renuncian expresamente a someterse a todo tribunal penal, civil, contencioso administrativo, marcial o de disciplina partidaria. Asimismo el lector renuncia a cualquier compensación pecuniaria o devolución del costo del libro, revista o suscripción a página web donde hubiera leído esta obra. Por otra parte el mismo (o cualquier otro) se reserva expresamente el derecho a criticar cruda, brutal o enardecidamente al escritor y su obra o incluso a putearlo en arameo.-
Archívese. No, usted no, el contrato. Bueno, está bien, archívelo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)