martes, 9 de septiembre de 2008

Cúmulus Nimbus Roman

No tengo nada para escribir, así que voy a escribir sobre cómo no tengo nada para escribir. Así, porque se me canta. Punto y aparte.

Son bonitos los tipos (me refiero a la fuente Nimbus Roman que va apareciendo en el monitor, porque a mí...). Me pregunto cómo saben que tienen que ir escribiéndose solo porque aprieto estas teclas. Sí, ya sé, el cable negro que se zambulle en la espalda del gabinete, pero con eso qué. Aprieto esta j y ahí sale a los piques por el cable, mucho más finito que ella, o será que viaja acostadita a lo largo, se mete al reino negro del gabinete que zumba y zumba, trepa por otro cable por donde irá mucho más cómoda porque ese sí es bien grueso, y se estampa sin demoras contra el blanco de mi Open Office (nada de Palabra Microblanda eh, aguante el software libre) y espera muerta de risa a que escriba todo esto sobre ella. Calculo que la o resbalará mucho mejor, pero deben sufrir lo suyo las (guarda, ahí van) x, w, t... (los puntos sí que no tienen drama). A veces algo pasa y se embotellan, yo escribo casi oraciones enteras y el cursor nada, queda pasmado hasta que de golpe ¡zaz! ahí están todos los tipos juntos (Nimbus Roman, Cúmulus Nimbus, Roman). Punto y aparte.

Es un alivio ir por el tercer párrafo sin tener nada para escribir, debo ser un escritor nato. O un chimpancé. Porque un chimpancé lo haría aún mejor, empezaría que girjhfg ejfkfjkf, que 37cv,gft., chillando con los labios para afuera y pegándole al teclado como si tuviera la culpa de algo. Pero no, yo uso mi voluntad de un modo que no podría precisar pero está clarísimo que no es como lo del mono. Soy el autor. El autor de una boludez, sí, pero el autor, y si fuera a la sociedad de autores y pagara (supongo que hay que pagar, para todo hay que pagar) le encajarían la c con el circulito y nadie podría ya afanarme las palabras chimpancescas. Como si hiciera falta. Punto y aparte.

Cosas grosas las palabras. Le echo un ojo al párrafo anterior y puedo evocar al mono en una de esas escenas estúpidas de película ídem; si escribo “jazmines” o “amoníaco” el olfato imagina solo y se deleita o se retuerce, y al fin y al cabo no son más que puntos negros entre puntos blancos. Y ni siquiera formando dibujos figurativos. Si se agrupan letras del modo correcto se pueden hasta crear universos. Supongo que los ingleses hace mucho lo saben, y por eso usan la misma palabra para deletrear y para hechizo. Gran invento el alfabeto latino, solo las letras griegas minúsculas me gustan más; qué odioso sería escribir con pájaros, escarabajos y tipitos caminando de costado (no Nimbus Romanitos sino Ancient Egyptianitos caminando quietos de costado). La verdad que usar el alfabeto, ir destilando palabras, sintetizando frases con la alquimia del idioma para esto... Debería usarlo para algo más elevado. Digo, ya que soy autor y eso me hace oficiante de alta magia, podría aprovechar y cambiar el mundo. A lo mejor cuando se me ocurra qué escribir. Punto y aparte.

Será porque es de madrugada y el sueño me juega bromas, pero de verdad que me pareció que el “Será” se escribió en el monitor antes de que yo lo tecleara. Imposible, claro. La c con circulito es mía, mía, mía. Bueno sí, cuando pague. Siempre hay que pagar. Al final no sé para qué quiero ser autor, si no se me ocurre qué escribir. Será para levantarme minas, como dice Dolina. Y mecacho con el será que se me adelantó de nuevo ¡Y otra vez! Será que... pero la p... mejor no escribo más la It-will-be en castellano por las dudas. Capaz no es culpa del It-will-be, tal vez es este párrafo el que está embrujado, el que quiere negarme la c con circulito, mejor lo cierro ya. Punto y aparte.

Pues no debiste haber cerrado ese párrafo si querías conservar lo que te quedaba de ilusión de autoría. Sí, soy el texto. ¿Sorprendido, eh? ¿Cómo decís? Claro que estoy en tiempo real. Soy tu vida en vivo. ¿Que lo demuestre? Ahí pasa el camión de la basura. Va a arrancar la compactadora en 3... 2... 1... ya. Jactancioso lo tuyo de creerte autor, ¿no te parece? ¡Vos sos personaje, gilún, como todos! Ahora ya lo sabés, todos llegan a saberlo cuando es tiempo. Yo soy tu libreto, vas a estar en escena mientras te pase letra. Y, por supuesto, toda obra finalmente finaliza. Punto final.

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